26.12.11

Funeralmente hablando

No queremos violencia, no es la intención. Sólo estamos defendiendo nuestras tierras. Queremos trabajarlas, sólo eso. Lo que estamos haciendo es totalmente legal, pacífico, civil y constitucional.

Trinidad de la Cruz Crisóforo.

Un gobierno no civiliza a un pueblo, el pueblo es el que tiene que civilizarse para tener un buen  Gobierno.

Julián LeBarón.

¿Cuál es el mensaje detrás de todo? O, mejor dicho, ¿qué más debemos comprender en México, que no vale la pena luchar por lo que nos pertenece, que debemos conformarnos con el grosero imperio de las masacres, con la cultura, la pequeña cosmovisión de una masa decepcionada y abúlica de hombres que calculan que el dinero es el sentido de la vida? ¿No es eso lo que debemos captar? Pero si ustedes, señores asesinos, hombres que a diario usan instrumentos para matar sin haber reparado nunca en la relación que hay entre herramienta y consciencia, es decir, para ustedes no existe tal relación: ustedes mismos se confunden con la herramienta; si ustedes, en vez de recorrer todo el tiempo caminos trazados por otros, se hubiesen interesado en lo que implica ser humano, en tomar el ejemplo de Trinidad de la Cruz y tener la satisfacción de ayudar a su prójimo, a sus iguales, a los suyos, un distinto amanecer más hermoso tendría nuestro país.

Si menciono a Don Trino (como cariñosamente lo llamaban sus allegados), a Pedro Leyva Dominguez, a Nepomuceno Moreno Muñoz, Norma Andrade (confundadora de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa) Marcial Bautista, Eva Alarcón (dirigente de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán, y ambos, estos últimos, integrantes del MPJD) y evoco a veinticinco activistas más muertos desde junio de 2009, es porque así lo quiso mi coraje, y porque pienso que los mexicanos deberíamos empaparnos del ejemplo de esas personas inconformes con este roído modo de vivir que no quieren abonar nada a lo establecido por unos cuantos entronizados con miedo a la libertad, que, en la era de la imagen, apuestan por el amor a los suyos, el respeto al prójimo y, ya no digamos por la paz, sino por la sensatez del diálogo.

Esta mención es una especie de homenaje humilde a tres personas que cambiaron mi modo de ver la vida: Julián LeBarón, Pietro Ameglio y Javier Sicilia, y a todos los "locos" que caminan con ellos haciendo un camino distinto de esta mierda que nos ofrecen día tras día en este país.

6.12.11

"Un saludo a toda la bola de pendejos, que forman parte de la prole y solo critican a quien envidian".

Paulina Peña Pretelini.



Un saludo a cierto grupo de políticos, que piensan que leer no es tan importante, pero piensan que la imagen lo es todo.

Un  ciudadano de a pie.


4.12.11

"La montaña más alta está dentro de ti".



Carlos Carsolio, alpinista.

21.11.11

Vuelve a cobrar novedad la idea de un tipo específico de expresión correspondiente a aquel ciudadano del que no se puede decir, sensu stricto, que es un poeta, ya sea porque simplemente no tiene la preparación necesaria o porque por razones ideológicas reniega de aquel grupo de hombres mitad humanos, mitad divinos que cantan en la tierra parece que para el cielo. Bajo esa idea nació este espacio y bajo esa idea va a desaparecer después. Su autor, un servidor, no es poeta ni mucho menos (sospecho que eso lo advierte mejor que yo cualquiera que venga a leerme), sino un ciudadano de la ciudad más complicada y más desalmada del mundo (y, por lo tanto, donde está arraigado con más fuerza el germen de la esperanza) que necesita expresar su opinión, sus mentiras, equivocaciones, sentimientos, y mofarse de y ridiculizar sus propias angustias y depresiones. Así las cosas.

Es posible que este blog no se actualice con frecuencia porque con frecuencia todos deberíamos permanecer callados, así que vendré a escribir aquí cada vez que me engañe presumiendo que diré algo digno de ser leído o, en el mejor de los casos, cuando encuentre algo hermoso que escribieron personas que admiro.

Hasta más ver.





Después de once años de muerto mi padre
hubo una tarde    extraña
en que medio dormido me encontraba,
y entre la intemporalidad que caracteriza toda escena de ese tipo, pregunté

                                                                       ¿dónde estás?

sintiendo un profundo vacío
y creyendo que ya había tardado en volver
                                                 
                                                   mi padre