21.11.11

Vuelve a cobrar novedad la idea de un tipo específico de expresión correspondiente a aquel ciudadano del que no se puede decir, sensu stricto, que es un poeta, ya sea porque simplemente no tiene la preparación necesaria o porque por razones ideológicas reniega de aquel grupo de hombres mitad humanos, mitad divinos que cantan en la tierra parece que para el cielo. Bajo esa idea nació este espacio y bajo esa idea va a desaparecer después. Su autor, un servidor, no es poeta ni mucho menos (sospecho que eso lo advierte mejor que yo cualquiera que venga a leerme), sino un ciudadano de la ciudad más complicada y más desalmada del mundo (y, por lo tanto, donde está arraigado con más fuerza el germen de la esperanza) que necesita expresar su opinión, sus mentiras, equivocaciones, sentimientos, y mofarse de y ridiculizar sus propias angustias y depresiones. Así las cosas.

Es posible que este blog no se actualice con frecuencia porque con frecuencia todos deberíamos permanecer callados, así que vendré a escribir aquí cada vez que me engañe presumiendo que diré algo digno de ser leído o, en el mejor de los casos, cuando encuentre algo hermoso que escribieron personas que admiro.

Hasta más ver.





Después de once años de muerto mi padre
hubo una tarde    extraña
en que medio dormido me encontraba,
y entre la intemporalidad que caracteriza toda escena de ese tipo, pregunté

                                                                       ¿dónde estás?

sintiendo un profundo vacío
y creyendo que ya había tardado en volver
                                                 
                                                   mi padre